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Aspectos claves de la osteoporosis y osteoartritis

Los problemas de salud ósea pueden ir en aumento a medida que la edad avanza. Cuando aparecen se recetan fármacos para aliviar o mejorar los síntomas típicos de osteoporosis y osteoartritis. Sin embargo, existen medidas que pueden ayudar a prevenirlos, evitan su temprana aparición o enlentecen la pérdida de masa ósea.

Hábitos saludables, alimentación rica en vegetales y la toma de complementos alimenticios con ingredientes específicos para los huesos, son herramientas que pueden contribuir de forma positiva a este problema, como veremos a continuación.

 

Principales problemas óseos

A medida que la edad avanza empiezan a mostrarse diferentes afecciones en los huesos y en las articulaciones. Si estos cambios negativos van progresando dan lugar a la aparición de osteoporosis, artrosis y osteoartritis. Por ello, resulta importante su detección temprana y la aplicación de medidas que contribuyan a frenar el avance del problema.

 

Osteoporosis

Es  una enfermedad que afecta a la masa ósea, dando lugar a una baja densidad de este tejido y al deterioro de su microestructura. Esto favorece el aumento de la fragilidad de los huesos siendo más vulnerables a las fracturas.

La forma más frecuente de esta enfermedad se da en la post-menopausia como consecuencia del déficit de estrógenos que se presenta en esta etapa acelerando la pérdida de masa ósea por la edad.

La pérdida de masa ósea supone un aumento del riesgo de fracturas por fragilidad, sobre todo, a nivel de las vértebras y del antebrazo (zona radio-distal). Aunque existen otras zonas que también pueden verse afectadas como, la columna vertebral, la cadera y el húmero proximal.

Para el diagnóstico de esta enfermedad se lleva a cabo la evaluación cuantitativa de la densidad mineral ósea, un importante parámetro que muestra la resistencia del hueso (su contenido mineral). Sin embargo, la importancia clínica de esta enfermedad está relacionada con el número de fracturas que se van presentando, ya que si son recurentes pueden llegar a discapacitar a la persona afectada.

Las fracturas que se producen en las vértebras y en la cadera producen dolor agudo y pérdida de la función, pudiendo acompañarse en el caso de la fractura de cadera, de hospitalización. Su recuperación es lenta y requiere rehabilitación.

 

Factores no óseos que contribuyen al riesgo de fractura

Existen otros factores que incrementan de forma significativa el riesgo de fractura. Además del avance de la edad, tal como se ha comentado, existen los siguientes factores:

  • Sexo
  • Índice de masa corporal o IMC bajo
  • Antecedentes familiares de fractura de cadera
  • Consumo de tabaco y alcohol
  • Inmovilidad prolongada como consecuencia de otras enfermedades o accidentes.
  • Tratamiento prolongado con determinados fármacos: corticoides (glucocorticoides) indicado en personas con problemas intestinales como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn y en la artritis reumatoide, y otras enfermedades autoinmunes.

 

Osteoartritis

También conocida como artrosis o enfermedad articular degenerativa. Puede afectar diferentes articulaciones: rodilla, cadera, columna vertebral, manos, tobillos, entre otras.

Es un trastorno musculoesquelético que se caracteriza por destrucción irreversible del cartílago articular, desgaste óseo, inflamación de la membrana sinovial que da como resultado dolor y rigidez.

Todas estas alteraciones son inducidas por citocinas proinflamatorias (interleucina 1 (IL-1), interleucina 6 (IL-6), factor de necrosis tumoral α (TNF-α)).

Estas citocinas son capaces de estimular la síntesis de colagenasa o metaloproteinasa de matriz que intervienen en el recambio de tejido en condiciones normales, pero si su síntesis es alterada producen la degradación del colágeno tipo II.

La degradación del colágeno tipo II por las enzimas colagenasa-1 y colagenasa-3 representa una de las características bioquímicas de la osteoartritis.

Además, también disminuyen la síntesis de colágeno y proteoglicanos.

 

Factores que aumentan el riesgo de Osteoartritis

Dentro de los factores que pueden favorecer el desarrollo de osteoartritis, tenemos:

  • Edad avanzada. Parece ser que las modificaciones articulares, mecánicas y bioquímicas que se dan por el avance de la edad en los cartílagos, favorecen su deterioro.
  • Sexo. A partir de los 50 años las mujeres son más propensas a tener diferentes tipos de osteoartritis (rodilla, cadera o manos).
  • Sobrepeso y obesidad. Este factor es uno de los más implicados en el desarrollo de osteoartritis y en su avance.
  • Factores genéticos. Se cree que un alto porcentaje de los casos se ven favorecidos por estos factores.
  • Etnia. Se ha observado que las mujeres afroamericanas pueden tener más predisposición a la osteoartritis de rodilla en comparación con las mujeres de raza blanca.
  • Traumatismos y actividades físicas estresantes (deportivas o laborales), por el uso constante de la articulación.

 

Aspectos nutricionales a tener en cuenta

En las diferentes etapas de la vida, el consumo de nutrientes óseos específicos como el calcio, la vitamina D y las proteínas benefician la salud ósea y previenen el riesgo de osteoporosis y posibles fracturas.

Fuentes dietéticas como los pescados azules, setas, alimentos enriquecidos con calcio y vitamina D contribuyen al aporte de estos nutrientes.

En el caso de la vitamina D, la exposición diaria a la luz solar también favorece su producción en el organismo.

Estos nutrientes son recomendables para toda la población pero, sobre todo, en aquellas personas que no consumen suficiente calcio mediante la dieta o que presentan un mayor riesgo de tener osteoporosis.

Además de estas fuentes, a partir de cierta edad resulta interesante el consumo de un complemento alimenticio que aporte estas vitaminas y minerales, así como también, los ácidos grasos Omega-3 que ayudan a reducir la inflamación.

Por otro lado, existen componentes fitoquímicos que también mejoran los procesos inflamatorios que se presentan en la osteoartritis como los harpagósidos (Harpagophytum procumbens), curcumina (Curcuma longa), ácidos boswélicos (Boswellia serrata) los cuales pueden actuar de forma individual o de forma sinérgica.

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