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¿Estrés prevacacional o estrés en verano?

estrés prevacacional

A principios de agosto muchos empezáis vacaciones. Seguramente ahora mismo estéis preparando ese momento “mágico” que supondrá un respiro de los quehaceres cotidianos. ¿Pero estáis seguros de que todo es paz y relajación? Desde que empieza el verano tienes que preocuparte de mil cosas. Antes de irte de vacaciones, no nos hemos de olvidar de finalizar tus labores de trabajo. Si tienes hijos, ¿con quién los puedes dejar? ¿con los abuelos, los tíos o con amigos? Sino busca un campamento o casa de colonias para que estén entretenidos durante tus horas laborales. Luego, si te vas de viaje, recuerda tener todo preparado como aviones, hoteles, hacer la maleta… y ¿qué hacemos si tenemos mascotas? ¿con quién las dejamos? Asociamos el verano a una época de tranquilidad y libre de estrés, sin embargo, eso no es del todo cierto… incluso, si tenemos estrés, lo asociamos más al calor que no a las cuestiones que realmente importan. En el post de hoy queremos hablar de estos momentos previos que incluye el verano y hablar del estrés prevacacional y cómo aliviarlo.

 

Estrés prevacacional, ¿de qué se trata?

El estrés prevacacional es el nombre que se le da al estado de nerviosismo, ansiedad y preocupación momentos antes de las vacaciones. Básicamente es la sensación de verse completamente superado por las nuevas tareas que hemos de cumplir antes de que inicie nuestro tiempo libre. Además, a esto lo podemos sumar esa percepción de incapacidad que puede surgir por tener que hacer frente a todas las cuestiones laborales y familiares que tenemos siempre constantes.

El término “vacacional”, limita a especificar el contexto en el que puede aparecer el problema del estrés. Sin embargo, como cualquier otro tipo de estrés, éste suele ser el resultado de una interacción entre las exigencias y demandas de nuestro día a día y las propias capacidades o habilidades para afrontarlos.

 

¿Cómo se produce el estrés prevacacional?

El estrés prevacacional es el típico que comienza cuando nos damos cuenta de la gran cantidad de compromisos futuros que debemos asumir, además de los que ya tenemos encima… las vacaciones de verano presentan nuevos dilemas de los cuales pueden ser como, por ejemplo:

  • Dejar las todas las funciones laborales en orden o delegar tu trabajo a algún compañero.
  • Con quién dejar los hijos (en caso de tenerlos) o buscar un casal para que, durante tus horas laborales, puedan estar vigilados y entretenidos.
  • Elegir el destino vacacional en conjunto con hoteles, aviones, actividades posibles para realizar.
  • Llevar la ropa adecuada, hacer lavadoras para antes de preparar la maleta, te lleves lo que quieres y no olvidarte nada, dejar la casa ordenada y limpia.
  • Para aquellos que tienen animales también se les presenta otro problema, ¿nos llevamos a nuestra mascota de vacaciones, encuentras un destino y hotel que los acepte o tenemos que dejarlo con algún familiar o centro temporal?
  • Luego está claro, el volver de las vacaciones, regresa a casa, deshaz las maletas, haz mil lavadoras, etc.

 

Un enemigo incluso en vacaciones

El estrés es la percepción de contar con un tiempo limitado en la que debemos hacer frente a cuestiones laborales, familiares, económicas incluso, propias del día a día. Entre nuestro estrés diario y el estrés que nos puede gestionar el esta época estival… resulta el estrés prevacacional. Que, además, este estrés se potencia más cuando, ya en nuestro tiempo libre, no podemos bloquear nuestros pensamientos y cambiar al modo off-work.

Los seres humanos somos criaturas de hábitos. Un cambio en nuestro entorno provoca que nuestro cerebro se sienta amenazado. Cuando nuestra rutina sufre un cambio, se hace muy difícil mantener nuestros hábitos hasta que no establecemos otro tipo de rutina. Es por ello que cuando estamos de vacaciones, las señales del entorno cambian. Por ejemplo, no hay un horario para despertarse, para comer, hacer deporte… Aunque esto a priori no parezca un problema, en muchos casos si que puede ser un estrés por acumulación.

Finalmente hay una presión cultural cuando estamos de vacaciones y es vernos en la obligación de pasarlo bien. Las vacaciones han de ser divertidas y las hemos de disfrutar, si no, no son vacaciones. Con lo que, si no es así, puede que tengamos la sensación de que algo hemos hecho mal.

estrés prevacacional

¿Cómo podemos evitar el estrés prevacacional?

¿Qué podemos hacer para reducir la sensación de estrés prevacacional o que este no aparezca? A continuación, dejamos algunas ideas para que las cosas no nos afecten tan negativamente:

  • Planifica tus planes con meses de antelación. Además de que te sale más barato reservar a principio de año, si planificas con tiempo, cuando lleva la época estival es una cosa menos en la que pensar.
  • Establece metas realistas a nivel laboral. No puedes acabarcar todo al mismo tiempo y la autoexigencia no es buena. Si no controlamos el estrés laboral puede ocasionar el síndrome de burnout o síndrome del trabajador quemado.
  • Organiza tu trabajo y aprende a delegar. No puedes estar 24/7 pensando en el trabajo. Confía en tus compañeros de trabajo y delega en ellos tus trabajos y responsabilidades. Intenta no pillar el teléfono ni mirar e-mails. Tampoco cometas el error de querer “adelantar” el trabajo en nuestros momentos libres. La empresa no se hundirá si no estás 1 semana o dos.
  • El exceso de autocontrol tampoco es bueno. Es posible que haya cosas que se nos hayan escapado de las manos o que, por desgracia hayan tenido que sufrir una variación. No te tomes este cambio como algo negativo, intenta buscar la parte positiva y adaptarte lo mejor posible.
  • En tus días libres, mantén tu rutina. Hay que dedicar tiempo a las cosas que nos aportan bienestar y felicidad como, por ejemplo, hacer deporte. Si estás fuera de casa, busca actividades que te llenen y mantengan activos.
  • Promueve tu bienestar general y aprovecha las vacaciones como vehículo de autodescubrimiento. El objetivo es sentirnos clo mejor posible con nosotros mismo.

 

Los suplementos pueden ayudar

Active Stress Control es un complemento alimenticio rico en DHA y que además contiene vitaminas del grupo B. Estas vitaminas están indicadas para aliviar los síntomas asociados al estrés, cansancio y fatiga.

  • El DHA contribuye a mantener la función normal del cerebro y de la visión.
  • Las vitaminas del grupo B colaboran en el mantenimiento normal de la visión, disminuyen el cansancio y la fatiga, favorece al funcionamiento normal del sistema nervioso, estimula la función psicológica normal y fortalecen el rendimiento intelectual.

En un estudio se valoró como los ácidos grasos omega-3 pueden aliviar el estrés. En el estudio se suplementó 7,2g de aceite de pescado en 3 semanas para medir la respuesta al estrés. Como resultado, se mostró que los omega-3 pueden contribuir a reducir los niveles de cortisol, que es la hormona del estrés.

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Conclusión

Hemos de intentar evitar el estrés prevacacional. El objetivo de las vacaciones es desconectar, descansar y volver renovados para afrontar el estrés cotidiano.

Teniendo en cuenta algunos de los simples consejos y, como adición, la ayuda de Active Stress Control, podremos dar batalla a las cuestiones psicológicas que pueden jugarnos en contra durante el estrés prevacacional, así como el estrés postvacacional.

 

Miriam Barceló Camacho

Nutricionista / Dietista

Texto readaptado

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