Claves de su funcionamiento:

La síntesis de la vitamina D3 se activa mediante la exposición de la piel a la radiación ultravioleta B (UVB) de la luz solar. Como consecuencia de las condiciones meteorológicas del invierno, así como de los protectores solares, la capacidad de nuestro organismo para producir vitamina D dentro de unos parámetros normales puede verse reducida. Los suplementos de vitamina D pueden contribuir a reforzar la densidad ósea y estimular la diferenciación celular y la función inmunológica. Estos factores ponen de manifiesto la importancia de tomar un suplemento diario de vitamina D.

La vitamina D refuerza significativamente la salud de la densidad ósea [1-7]. Además, los estudios científicos avalan la contribución de la vitamina D para regular la división y la diferenciación celular, así como sus potentes efectos en nuestro sistema inmunitario [8-14]. Estos hallazgos vinculan la carencia de vitamina D a una amplia variedad de problemas relacionados con el envejecimiento.

Base científica del producto:

A pesar de que nuestro cuerpo tenga la capacidad de generar una cierta cantidad de vitamina D, a menudo solemos necesitar una dosis adicional para mantener los niveles adecuados. Este aporte adicional de vitamina D puede proceder de la dieta, el sol o suplementos.

Para un adulto sano, Life Extension recomienda tomar un suplemento de 5000-8000 UI de vitamina D3 a diario. También se recomienda solicitar una analítica de 25-hidroxivitamina D después de tres meses tomando la dosis indicada de vitamina D3. Por último, Life Extension aconseja ajustar la dosis diaria de vitamina D3 de modo que sus niveles medios anuales en sangre se encuentren en 50-80 ng/ml.

Cuando la vitamina D se ingiere a través de la dieta o se produce en la piel, el hígado y los riñones la transforman en su forma activa, la conocida como 1,25-dihidroxivitamina D o vitamina D3. Casi todos los tipos de tejidos de nuestro cuerpo cuentan con receptores de vitamina D, lo que indica que todos ellos la necesitan para su correcto funcionamiento. Además de su contribución a la salud de nuestros huesos, la vitamina D es la responsable de la regulación de los genes que controlan el crecimiento y el desarrollo celular, la función inmunológica y el control metabólico [15, 16].