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Nov
Se calcula que la piel, a partir de los 25 años, pierde elastina y colágeno a razón de un 1% anual, con lo cual al llegar a la madurez el colágeno se ha reducido alrededor de un 20%. Todo ello se traduce en los signos más conocidos: menor densidad, descolgamiento, fragilidad, arrugas, flacidez, pérdida de brillo, pigmentación irregular, sequedad, etc.