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Beneficios del equilibrio de la flora intestinal en la etapa de envejecimiento

La relación con los microorganismos intestinales se inicia con el nacimiento. En el momento del parto, al avanzar por el canal vaginal, el bebé se expone a una gran diversidad de microorganismos, los de la madre y los del medioambiente, que serán los responsables de la formación de la flora intestinal del recién nacido y, también, de su sistema inmunológico. Por otro lado, se ha visto que a medida que se envejece la microbiota intestinal puede sufrir cambios que pueden favorecer la aparición de diferentes problemas de salud en las personas mayores.

A continuación, explicaremos los cambios que puede sufrir la microbiota o flora intestinal con el avance de la edad y los beneficios que tiene su equilibrio para el antienvejecimiento.

Etapas críticas de la flora intestinal

El microbioma intestinal humano, que comprende una comunidad de microorganismos extremadamente diversa y compleja que habita en el tracto intestinal, sigue fluctuando durante las diferentes etapas de la vida. Estos cambios que se van dando en los microorganismos son normales y benignos, pero también pueden darse alteraciones por microorganismos invasores que pueden llegar a tener impacto en el estado de salud de las personas siendo la infancia y la vejez las etapas en las que nuestra salud inmune también se encuentra más débil e inestable, lo que indica que nuestra flora intestinal y la salud se desarrollan y envejecen de la mano. Ante estas evidencias se ha visto la posibilidad de desarrollar intervenciones basadas en la microbiota, como la suplementación con probióticos y prebióticos para un envejecimiento saludable.

Con el avance de la edad se dan diferentes cambios en el funcionamiento del organismo, siendo uno de ellos, el desequilibrio de la flora intestinal. Esta alteración de la flora puede dar lugar a la aparición de problemas de salud en las personas, especialmente, contribuyendo a la aparición de inflamación y permeabilidad intestinal. Comparado con las personas adultas, las personas mayores muestran un perfil diferente de microorganismos que forman parte de su microbiota intestinal lo que puede ser debido al propio avance de la edad y a circunstancias relacionadas con ella como, cambios alimentarios, sedentarismo, alteraciones de la función intestinal y del peristaltismo, patologías infecciosas, disminución de las defensas, polimedicación, entre otras.

La Flora intestinal en la etapa de envejecimiento

Por lo que se ha visto, se da una variación de las poblaciones de microorganismos que la forman, disminuyendo la cantidad de bacteroides, lactobacilos y bifidobacterias y, por el contrario, aumentan las enterobacterias y el Clostridium perfringens que son bacterias oportunistas responsables de causar infecciones cuando el sistema inmunológico está debilitado. Por este motivo se considera importante el mantenimiento del equilibrio de la flora intestinal para evitar la aparición de enfermedades inflamatorias e infecciosas, sobre todo, en la etapa de envejecimiento.

Son diferentes los problemas de salud que se asocian a los desequilibrios de la flora intestinal, los que más se han relacionado con estas alteraciones son: intolerancias alimentarias, infecciones, hígado graso no alcohólico, enfermedades cardiovasculares, cáncer colorrectal, hipertensión, enfermedad de Alzheimer y otras demencias, y estrés.

Se cree que la disbiosis intestinal o desequilibrio de la microbiota es responsable de la aparición de la inflamación sistémica, siendo a su vez esta inflamación una posible causa de la aparición de sarcopenia que es la pérdida de la masa y fuerza muscular más relacionada con el envejecimiento, aunque los cambios fisiológicos de la musculatura por las alteraciones que ocurren en la microbiota intestinal aún se siguen estudiando.

Probióticos y Prebióticos para la flora intestinal

Como anteriormente hemos comentado, se considera positivo el uso de complementos de probióticos y prebióticos para ayudar a restaurar la disbiosis intestinal. Los prebióticos son un tipo de fibra que activan microbios específicos, como Bifidobacterium y Lactobacillus (probióticos), y benefician tanto a individuos sanos como a aquellos con enfermedades del tracto gastrointestinal, por lo que pueden resultar de gran ayuda para las personas mayores más susceptibles de verse afectadas por alteraciones intestinales.

Estudios publicados en las revistas American Journal Clinical Nutrition y Journal Nutrition Health Aging mostraron que la toma de prebióticos dio como resultado un aumento de Bifidobacterium, citoquinas antiinflamatorias y disminución de las citoquinas proinflamatorias, lo que puede llevar a reducir la inflamación intestinal en las personas de edad avanzada. Por otro lado, la administración de prebióticos también afecta el crecimiento de microbios beneficiosos, como Lactobacillus, y facilita la síntesis de metabolitos, como ácidos grasos de cadena corta (AGCC), que dificultan el crecimiento de tumores intestinales y promueven la absorción de minerales, como calcio y magnesio, en el intestino.

Se debe tener en cuenta que además de promover el mantenimiento del equilibrio de la flora intestinal para ayudar a prevenir los problemas de salud antes mencionados y favorecer el antienvejecimiento, también los recursos sanitarios que se invierten en las personas mayores podrían minimizarse al reducir la aparición de enfermedades que afectan a este sector de la población.

 

 

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