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¿Qué relación existe entre la salud, nuestros genes y los alimentos?

La Doctora Gloria Sabater, especialista en Medicina Preventiva del SHA Wellness Clinic, y Directora Tècnica de Salengei nos explica, en el artículo de la revista Telva publicado hace pocos días, los últimos descubrimientos sobre la relación entre salud, genes y alimentos,  a través de la NutriGenómica y la NutriGenética.

Determinadas dietas pueden ser buenas para algunas personas pero no para otras.

Todos somos diferentes y, por lo tanto, no todos nosotros respondemos de la misma forma frente los mismos alimentos.

Según Gloria Sabater, “la NutriGenética indica a qué somos especialmente sensibles, en base a nuestros genes, como el caso de los intolerantes a la lactosa. La NutriGenómica en sí misma incluye muchas más disciplinas, desde el impacto de ciertos alimentos en la expresión de los genes, a la metabolómica y la proteómica, es decir, en qué medida un alimento puede influir en los niveles de colesterol, o azúcar en sangre”.

Gloria Sabater Nutricosmetica y Nutrigenomica Telva

¡También nuestra herencia determina nuestros gustos! “Hay personas que, debido a los genes, no notan los sabores amargos o los notan más fuertes todavía. Los SNP’s, que son variaciones en la secuencias del ADN que tienen que ver con las preferencias alimenticias, suelen heredarse”.

Para un estudio de Nutrigenética solo hace falta una muestra de saliva o de sangre y así podemos conocer cómo de sensible es nuestro organismo a determinados factores ambientales y de estilo de vida así como la predisposición a enfermedades relacionadas con aspectos tan importantes como la salud cardiovascular, sobrepeso, capacidad detox, respuesta al ejercicio fisico, salud emocional y deterioro cognitivo, salud ósea etc…

Puesto que el objetivo de estas ciencias no es adaptar las dietas de cada uno para transformar los gustos, si no analizar qué alimentos o ingredientes son más favorables para la salud según la disposición genética. Explica Gloria Sabater, que “no buscamos que, por ejemplo, a quien que le parezca muy amargo el brócoli debido a su condición genética, consiga reeducar sus gustos para que le parezca menos, sino que si se diera el caso de que en el brócoli hubiera un componente que le favoreciera su salud y no le gustase, buscar otro alimento que también contuviera este principio activo, o administrarlo en forma de suplemento”.

¿Qué pasa entonces con las dietas?

Según Gloria Sabater, “la expectativa de vida viene determinada por la longitud telomérica (prueba analítica que se realiza en SHA Wellness clinic). Las dietas o el estilo de vida inadecuados aceleran su acortamiento y la expectativa de vida. Ahora se estudia mucho sobre los alimentos o componentes de la dieta que puedan reparar los telómeros”.  Entonces, si dependiendo de los genes de cada persona, introducimos en nuestra dieta determinados alimentos y complementos, podemos obtener una dieta antiaging.

¿Y la dieta mediterránea?

La dieta mediterránea tiene su origen en Creta, donde la mezcla de actividad física diaria de los cretenses (andar más de 10km hasta llegar a los campos de cultivo) y su dieta rica en verduras silvestres, hierbas, carne de cabra y pollo, legumbres y frutas, la convirtió en una dieta a seguir. “Hoy esta dieta mediterranea está muy influida por otras dietas como la americana, que promueve cada vez más el consumo de lácteos. Aunque los habitantes de Creta tomaban queso y yogur, actualmente se consumen muchos más lácteos que entonces, y los cereales eran integrales y no en tanta cantidad como ahora”.

También se asocian los lácteos con tener unos huesos sanos, pero hay muchos alimentos que aportan calcio a nuestro organismo, como el sésamo, las sardinas o las almendras. “No sólo es necesario el calcio para los huesos, también es muy importante el magnesio, las vitaminas D, K y C, y el colágeno, y el exceso de calcio sin el consumo de estos otros elementos no es saludable para los huesos, y en cambio favorece que se calcifiquen más las arterias”, añade Gloria Sabater.

Si tenemos en cuenta la NutriGenética y la NutriGenómica a la hora de elaborar nuestras dietas, nuestra salud mejoraría. De todos modos, “hay personas que tienen tan buena genética que podrían hacer cualquier dieta y no salir perjudicados, aunque estos son rara avis. El resto podría mejorar su salud entre un 10% y un 70% con un cambio de dieta”.

Un consejo a seguir, para todos, independientemente de nuestra condición genética, es el Mindful Eating, el secreto para no comer más de la cuenta. La relajación y la concentración durante las comidas son la base de esta práctica. Sin distracciones y masticando despacio identificaremos cuándo tenemos hambre y podremos disfrutar de la comida. “Cuando la mente y el cuerpo están sincronizados, realizamos mejores decisiones en cuanto a qué comer, porque somos más conscientes de lo que nuestro cuerpo necesita”.

Nutricosmetica y nutrigenomica

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