Seguramente habrás disfrutado del azafrán en platos como por ejemplo la paella. Sin embargo, además de ser un condimento que da color y un sabor especial a las comidas, el azafrán posee importantes propiedades, entre ellas, puede ayudar a contribuir a la pérdida de peso. En este primer blog, hablaremos de este beneficio que puede ayudar a impulsar nuestra dieta de adelgazamiento.

El azafrán es una especia cuyo origen se sitúa en Oriente Medio. Como sabemos, es uno de los condimentos más caros del mercado. Pero, ¿por qué es tan caro? Para hacernos una idea, solo podemos recoger la especia en los meses de octubre y noviembre, con lo que es un tiempo muy limitado. Además, para conseguir 1 kg de azafrán, es necesario recoger unas 150.000 flores a las que, con cuidado, se extraen manualmente sus delicados y diminutos estigmas. Por ello, el azafrán se le conoce como el “oro rojo”.

El azafrán, según varios estudios realizados, puede ayudar a perder peso. Pero, antes de explicar el porqué es un buen adelgazante natural, es imprescindible diferenciar entre si comemos realmente por hambre o por apetito.

¿Hambre o apetito?

A primera vista, el hambre y el apetito es lo mismo, pero es un concepto que tenemos erróneo.

El hambre se produce por la necesidad de comer. Cuando el organismo no tiene nada de alimento en su interior. Es la necesidad primaria e involuntaria que tiene nuestro cuerpo para preservar la vida. Sin esta sensación de hambre, moriríamos. En este caso influyen determinados cambios bioquímicos que requieren al individuo que se nutra.

Decidimos qué comer por apetito. Así pues, para dejarlo más claro, el apetito, a diferencia del hambre, abarca factores emocionales, culturales, influye en el estado de ánimo, en la sensación de placer, etc. El concepto apetito además, es el responsable del conocido sentimiento de ansiedad por comer. El tan conocido como “picoteo” obedece a problemas emocionales y no nutricionales.

Es importante aprender a controlar nuestro apetito cuando tenemos hambre. En ciertas ocasiones obedecemos a estos impulsos por placer, capricho o como una conducta automática ante un alimento que tenemos delante. Atacamos la nevera o estiramos la mano en la despensa para comer lo más apetecible o fácil en el momento.

Estos motivos son los que hacen que adelgazar se complique y, cada vez más, la ciencia estudia estos nuevos conceptos del apetito: emocionales, conductuales, hábitos, hormonas etc. En según qué situaciones, bajar de peso no es solo cuestión de hacer dieta y ejercicio. A veces, es necesario ayudar el cuerpo a mantener en equilibrio todas sus otras funciones.

Azafrán en la pérdida de peso

Según diversos estudios, el azafrán actúa en dos hormonas de nuestro organismo: la Serotonina y la Leptina.

Serotonina

Los componentes del azafrán, concretamente el safranal y la crocina, estimulan la secreción de la serotonina. Esta hormona es conocida por sus efectos antidepresivos.

Un estudio realizado por Joel K. Elmquist, el Centro Médico de la Universidad de Texas Southwestern, ha demostrado que la ingesta excesiva de comida y la obesidad están relacionadas con un nivel bajo de serotonina. Así pues también se ha visto que un nivel elevado de tienen un efecto anorexígeno, es decir, una sustancia supresora del apetito.

La serotonina provoca una reacción química similar a la de los carbohidratos y azúcares y es la hormona responsable de brindar una sensación de satisfacción y plenitud. Como consecuencia, se come menos entre horas. Por lo que si se mantienen los niveles elevados en el cerebro, disminuye la sensación de hambre y evita las ganas de picotear. Con lo que el azafrán, que favorece la síntesis de serotonina, puede ayudarnos a reducir el hambre y el apetito.

Leptina

Por otro lado, el azafrán también actúa sobre la secreción de leptina.  La leptina es la hormona que suprime el apetito actuando sobre el cerebro y provocando la sensación de estar saciados. Gracias a ella sabemos cuándo debemos parar de comer y también frenar el constantemente picoteo. Hace freno al impulso de comer y comer y no parar de comer.

Como consecuencia de una mala alimentación, unos malos hábitos de vida, la falta de ejercicio o simplemente por tener los niveles de leptina más bajo de lo habitual, tenemos la sensación de tener hambre continuamente.  Dichas costumbres “modernas” influyen en la efectividad de la leptina y su papel se ve disminuida haciendo que engordemos con mayor facilidad.

Azafrán como complemento dietético

Varios estudios demuestran que el uso continuo del extracto de azafrán como complemento dietético puede ayudar a contribuir a:

• La reducción de peso
• La disminución del apetito
• La reducción del consumo de snacks
• Controla el hambre
• Reduce el apetito

Cuándo los niveles de leptina y serotonina presentes en el cuerpo son insuficientes, estas son incapaces de hacer bien su trabajo. Por ello, necesitamos de ayuda de complementos dietéticos que contribuyan a elevarlos.  Como hemos visto en este post, el azafrán:

• Disminuye la sensación de hambre
• Reduce la necesidad de picotear
• Evita la ansiedad por comer, sobre todo dulce.

Utilizando el azafrán, no solo conseguimos adelgazar, sino que también ayuda a mantener el peso. Combinado con un quemagrasas como la garcinia cambogia, el té verde, el alga wakame junto con una dieta equilibrada y un estilo de vida saludable, se consigue. Existen complementos tan completos como Active Silueta que contiene azafrán, té verde, resveratrol, garcinia cambogia, alga wakame y cromo entre otros ingredientes que pueden contribuir a la pérdida de peso. Active Silueta te ayudará a perder peso más rápido que nunca.

Miriam Barceló Camacho

Dietista/Nutricionista