La piel sana es una excelente barrera para mantener el equilibrio entre el entorno interno y externo del organismo. A consecuencia de factores ambientales, hábitos de vida y el propio proceso de envejecimiento, la piel cambia y requiere de muchos nutrientes y minerales para ayudar a mantener el equilibrio de la piel. Es por ello que una nutrición adecuada es un factor que influye directamente al bienestar, salud y buen estado de la piel.
El concepto de una “buena alimentación” debe entenderse como una dieta habitual con suficiente cantidad de ingredientes, tales como verduras, frutas, granos, legumbres, lácteos, pescado, carne magra y en cantidades que cumplan las recomendaciones establecidas que se han basado en datos generalmente aceptados.
Sin embargo los resultados de diferentes estudios demuestran que la población de la Unión Europea no satisface los requisitos establecidos para todos los nutrientes.
Es por ello que lo último en tratamientos para la piel no se aplica directamente sobre la piel de forma tópica, sino que son nutrientes que desde el interior ayudan a reparar y maximizar la belleza exterior. Se trata de complementos alimenticios que llevan ingredientes para mantener la renovación celular. Hablamos de nutrición que actúa como cosmético (nutricosmético), es decir, de tratamientos de dentro hacia fuera (inside out).
No son medicamentos, se basa en la utilización de principios activos por vía oral que aportan al organismo nutrientes que pueden actuar directamente sobre la piel y el cabello para mejorar su salud y su aspecto. Concentran en una cápsula una cantidad de nutrientes que costaría más conseguir a través de la alimentación, esto no significa que todo se arregle con pastillas, sino que éstas son un complemento de la dieta para conseguir un objetivo concreto, como por ejemplo conseguir una piel más firme, elástica y luminosa.
El objetivo diana de la nutricosmética es por excelencia detener los signos del envejecimiento de la piel, y muy especialmente, evitar la formación de arrugas y flacidez. Es por ello que muchos de estos productos actúan directamente sobre elementos clave como el colágeno, la elastina y los proteoglicanos, así como ayudando a mantener la estructura del tejido conectivo.
Al llevar a cabo su acción desde el interior, los nutricosméticos llegan a la totalidad de la piel, proporcionándole mayor densidad y firmeza, disminuyendo las arrugas, mejorando el tono de piel, etc.
Son nutrientes específicos como péptidos de colágeno de pescado, glucosamina, escualeno MSM, ceramidas, Omega 3, sílice, mangostino etc., que contribuyen a la fabricación de nuevo tejido y tejido dérmico de calidad.
Hidrolizado de polisacáridos y colágeno:
No son ni aminoácidos sueltos que el organismo los podría utilizar para otros objetivos, ni el propio colágeno que es muy difícil de digerir, se trata de cadenas muy cortas de péptidos de forma que puedan alcanzar el fibroblasto, lugar donde se fabrican todas las fibras de colágeno.
Glicosamina
La glucosamina oral se emplea en el tratamiento de la artritis y la artrosis. Como la glucosamina es el precursor de los glicosaminoglicanos y proteoglicanos, se puede decir que favorecen al desarrollo de los tejidos cartilaginosos. Los glicosaminoglicanos, son componenetes de la matriz extracelular, y juegan un papel importante en la proliferacióncelular y en la reparación del tejido dañado, como por ejemplo la sufrida por el estrés oxidativo.
Escualeno Este compuesto se encuentra sólo en los lípidos marinos y resulta ideal para evitar la pérdida de agua transepidérmica. De esta manera la piel permanece resistente y no se deshidrata Metilsulfonilmetano (MSM)
Se trata de un compuesto sulfatado, que mejora la flacidez de la piel, al igual que la calidad del cabello y uñas. No sólo fortalece el tejido conectivo, sino que además ayuda a eliminar del cuerpo materias tóxicas.
Ceramidas
La epidermis contiene un tipo de grasa llamada ceramida, que con los años se va reduciendo y por ello se vuelve más seca. Un complejo con aporte de ceramidas devuelve la función protectora a la epidermis, necesaria para tener una piel joven, radiante y sana.
Omega 3
Estos ácidos grasos, especialmente procedentes del pescado, aseguran la flexibilidad de las membranas celulares y activan en las mismas la producción de enzimas, receptores y neurotrasmisores.
Silicio
Existen extractos naturales como por ejemplo el Bambú que contienen una forma orgánica de silicio, que es importante para la estructura de la piel, cartílagos y masa ósea. Además hay que tener en cuenta que el colágeno no se puede formar sin la presencia de silicio.
Mangostino
Los extractos de granada y mangostino son muy potentes y ayudan a la reparación de la piel, su valor antioxidante es incluso más elevado que el del té verde o vino tinto.
Marta Calatrava Nutricionista Salengei
